El motor de simulación es el corazón de nuestra herramienta de simulación. Procesa los resultados y los datos adquiridos durante la ejecución del modelo según las reglas aplicadas. El motor llama funciones y realiza cálculos, genera valores aleatorios como datos de entrada y escribe resultados intermedios y finales en objetivos predeterminados. De hecho, el uso de números aleatorios es un principio fundamental. En el mundo real es imposible repetir un proceso con los tiempos exactamente. La simulación tiene en cuenta esta circunstancia ofreciendo varios generadores de números aleatorios que reproducen con la mayor exactitud posible las variaciones naturales.
La gran diferencia entre el modelo de simulación y una instalación real es que la simulación puede ejecutarse a ritmo acelerado. Dependiendo de la complejidad del modelo, la velocidad de ejecución puede ser 10, 100 o 1000 veces la velocidad real, o incluso más. Esto permite precalcular en muy poco tiempo la producción de un día o de una semana, o modificar los parámetros de entrada y realizar rápidamente predicciones relativas a los efectos de esas modificaciones, cuando en la realidad tales efectos tardarían varios días en producirse.
De esta manera es posible elaborar diversos escenarios que luego son ejecutados automáticamente por un componente denominado experimentador. El rendimiento de cada escenario viene descrito por una serie de indicadores predefinidos y propios de la aplicación, como por ejemplo tiempo de producción, capacidad, tiempo improductivo o costes. Los datos de entrada y los resultados de simulación pueden intercambiarse fácilmente con aplicaciones de ofimática o con bases de datos.