La tamizadora centrífuga AZO viene utilizándose con gran éxito desde hace 70 años para tamizar materiales a granel en la industria alimentaria, del plástico, farmacéutica y química.
Aplicaciones típicas:
El material se introduce en la tamizadora centrífuga AZO a través de la boca de entrada. Para ello se utiliza una compuerta o un tornillo dosificador. El tornillo transporta el producto hasta la cámara de tamizado, donde las palas centrifugadoras lo agitan suavemente. Las partículas finas atraviesan la malla, mientras que las más gruesas (aglomerados, impurezas, etc.) continúan su recorrido y se separan en un momento posterior. Un disco de retención situado al final del tal tamiz impide que los finos se mezclen con los gruesos. La malla del tamiz está sujeta a unos anillos, vibra libremente y de este modo se limpia sola. Amortigua los choques y por eso es muy resistente a los cuerpos extraños. Las fibras de sacos también se separan, de manera que no se acumulan en el tamiz y no afectan al tamizado. El empleo de una malla de carbono evita la aparición de cargas electrostáticas al tamizar materiales como, por ejemplo, PVC en polvo. El tamiz se sustituye de forma fácil y rápida sin necesidad de herramientas. El rotor también se desmonta fácilmente. Cuando la máquina está parada, una compuerta de acceso situada en la carcasa permite inspeccionar toda la superficie del cilindro tamizador haciéndolo girar 360°.